Diario de noche

Concebida inicialmente como una pieza con cierto carácter de nocturno, “Diario de noche”, sin embargo, no desarrolla demasiado, como en principio sería de esperar, la melodía, sino que tiende a combinar, en un estudio, principalmente dos elementos básicos: los acordes y su disolución en secuencias rápidas que reciben un tratamiento diferenciado, tanto desde el punto de vista estructural como tímbrico. Cabe destacar la distribución en el tiempo y espacio compositivos de constelaciones que reaparecen a lo largo de la obra, siempre en contexto distinto y más comprimidas o dilatadas en el tiempo.